Tengo pendiente publicar una entrada sobre medidas
para trabajar con nuestros niños y niñas la prevención de los abusos sexuales
en la infancia. Está claro que si un abusador quiere actuar, la víctima
difícilmente podrá hacer nada que evite la agresión, ya que en el caso de los
ASI hay una diferencia de edad significativa entre ambas partes, lo que se
convierte en un arma muy eficaz para que el victimario pueda manipular al menor
a su antojo.
Sin embargo, lo que sí podemos hacer es, por un lado,
trabajar el vínculo de confianza que tenemos con los niños que cuidamos,
hacerles saber que si alguien les hace daño nosotros nunca vamos a
cuestionarlos, sino que les creeremos y protegeremos; mientras que por el otro
les explicamos cómo se llaman las partes de su cuerpo, que algunas de ellas no
puede tocárselas nadie –excepto sus cuidadores para limpiárselas cuando van al
baño o se duchan, pero SOLO para eso-, y que si alguien les toca, besa o abraza
de una forma que les incomode tienen derecho a decir “No quiero”, y a contarlo,
incluso si esa persona les ha asegurado que pasarán cosas feas en caso de que
hablen.
Dentro de algunas semanas, en una entrada más
elaborada, profundizaré en este tema, pero ahora me gustaría facilitaros el
título de varios cuentos infantiles que nos pueden ayudar en la labor de
proteger a los niños y niñas de los abusadores, si no para evitar el primer
abuso sí para dificultar que éste se alargue en el tiempo:
LAS REGLAS DE KIKO
Se trata de un cuento muy ágil y ameno, enfocado a
niños de entre 3 y 7 años. Producido por el Consejo de Europa, el protagonista,
Kiko, tiene una mejor amiga llamada Mano que se convierte en su cómplice cuando
desea algo (por ejemplo, si él quiere bailar, Mano toca el piano), juegan
juntos, se divierten... en un momento del cuento, Mano le pregunta a Kiko si
puede tocarle distintas partes del cuerpo, incluidos los genitales y el
trasero. Así, tanto el niño como Mano dejan muy claro a los más pequeños qué
límites no se pueden traspasar cuando hablamos de acariciar un cuerpo
ajeno.
Este cuento podemos encontrarlo también en formato
vídeo, de hecho juraría que está disponible en Youtube. Creo que es una gran
opción para empezar a abordar el tema, ya que además las ilustraciones son muy
llamativas.
ESTELA, GRITA MUY FUERTE
Una historia de Isabel Olid, también para la primera
infancia. Estela es una niña alegre e imaginativa cuya maestra, Conchita, un
día le da un truco para cuando otra persona le haga algo que no le gusta: debe
decirle a esa persona que pare, y si no le hace caso, tiene que gritar muy
fuerte hasta que alguien venga a ayudarla. Estela decide poner en práctica el
consejo, sobre todo con su tío Anselmo, que últimamente se la lleva a solas y
la acaricia debajo de la ropa.
He oído opiniones de personas que lo consideran
demasiado explícito, ya que hacia el final de la historia dejan claro que el
tío de la protagonista le toca los genitales, pero yo diría que está explicado
de una forma tan sencilla (se nos dice que el adulto hace eso y que a Estela no
le gusta) que no resulta ni mucho menos duro o impactante para los niños. Desde
mi punto de vista es muy recomendable, sobre todo porque da una lección que se
puede aplicar a muchos momentos.
OJOS VERDES
Sara Arteaga Górmaz y Luisa Fernanda Yáguez son las
autoras de esta historia para menores de entre 6 y 12 años, ofrece a los
pequeños lectores herramientas para pedir ayuda ante situaciones abusivas, así
como para comprender que sólo ellos son dueños de su cuerpo. Aunque este
cuento, personalmente, no lo he leído sí me han llegado buenas críticas de él,
y por lo que sé, es bastante completo, puesto que no sólo habla de límites,
sino que también ofrece ideas para poder marcarlos y potenciar así las
habilidades de los menores.
MARTA DICE ¡NO!
Cornelia Franz, Stefanie Scharnberg y Carme Gala nos cuentan la historia de la pequeña Marta, una chiquilla que por las tardes se queda en casa de un vecino mayor mientras su madre trabaja. El abuelo Francisco, como llama Marta a su cuidador, es un hombre al que la niña quiere mucho, pero que últimamente la incomoda dándole unos besos que a ella no le gustan. Aunque Marta se lo ha dicho, el anciano continúa actuando de la misma manera, y la pequeña lo pasa mal hasta el punto de enfermar. Cuando eso ocurre, Marta se lo cuenta a su madre, quien lejos de enfadarse le explica que tiene derecho a decirle "no" al abuelo Francisco y que éste ha actuado muy mal no respetándola. El libro termina con Marta y su progenitora yendo a visitar al vecino cuidador, para que así la niña pueda decirle a él cómo la ha hecho sentir y por qué a partir de ahora no va a volver a llamarlo "abuelo", sino sólo Francisco.
Si algo me gusta de este cuento es que de una forma sencilla pero cargada de simbolismo nos muestran el conflicto que siente el personaje principal, y cómo la actitud de su vecino le acarrea emociones encontradas: asco, miedo, temor a ofender al hombre que la cuida, culpabilidad, remordimientos por si está siendo mala al no querer que él la bese así... en resumen, cualquier niña/o víctima de abusos podría sentirse identificada/o con Marta, y sin embargo la forma de presentar el tema me parece muy sencilla de entender incluso para quien nunca ha sufrido abusos. Asimismo, me parece muy positivo que la mamá de nuestra protagonista valide sus sentimientos y reafirme su derecho a poner límites, ya que con esa escena las autoras mandan un mensaje muy claro a los pequeños lectores, el cual queda completado con la visita final de Marta y la madre de ésta al vecino Francisco.
Me parece una historia totalmente recomendable como introducción al tema.
CATA, BENJA Y SU HADA MADRINA
Pensado para niños/as menores de 6 años, el Ministerio
de Justicia de Chile publicó este cuento en 2012 como medida de prevención
contra los muchos casos de abusos sexuales en la infancia detectados en el
país. Los protagonistas, Cata y Benja, son dos niños que tienen una hada
madrina, una figura adulta a la que quieren y que, además de guiarlos y
ayudarles a cumplir sus deseos, también les enseña qué gestos de cariño son
sanos y adecuados para ellos y cuales no.
La verdad es que me parece una forma muy inteligente
de abordar los abusos intrafamiliares a través de una figura como es el Hada
Madrina, personaje que seguramente atraerá a los pequeños lectores por su aura
mágica y por lo agradable que resulta en la infancia la idea de tener una
propia que te conceda todos los deseos.
CATA, BENJA Y PINCHO
Cuento para niños/as algo más mayores, entre 6 y 12
años. En este caso, a través de la amistad entre los tres protagonistas, el
libro narra lo que es un abuso sexual y sus consecuencias, además de hacer hincapié
en lo indebido de que un adulto tenga secretos inconfesables con un/a niño/a,
además de abogar por pedir ayuda siempre que éstos últimos se encuentren en una
situación abusiva. Me parece interesante añadir que el libro también toca el
tema de los ASI cometidos a través de internet –de hecho toda la historia se
desarrolla a través de una conversación de chat-, y que recalca que nadie, por
muy cercano que sea a un menor de edad (padre, abuelo, hermano, tío…) puede
tocarlo de forma indebida.
En mi opinión, se trata de un cuento muy didáctico, y
creo que la forma de presentarlo resultará atrayente para los niños/as más
mayores que ya empiecen a dedicar tiempo a las redes sociales.
¡MI CUERPO ES MÍO!
La organización Profamilia es autora de este cuento
para niños/as en su primera infancia. A través de la perspectiva de la pequeña
protagonista, explica la importancia de decir “no” ante besos, caricias o
abrazos no deseados, y de qué manera comportarse cuando se dan esas
situaciones. Se trata de un cuento claro y conciso, muy fácil de entender, a
pesar de que no es demasiado explícito. Junto con "Las reglas de
Kiko" creo que también es una buena herramienta para empezar a abordar el
tema.
MARTA NO DA BESOS
De Pablo Macías Alba, Belén Gaudes Teira y Nacho de Marcos, la protagonista (otra Marta) es una niña a la que le gusta decidir cuándo besa a una persona, pero sobre todo, a quién le da esos besos, ya que no dejan de ser suyos y considera que es la única que puede elegir si tiene ganas de mostrar su cariño a otra persona de esa manera o no. Sin embargo, no todo el mundo lo entiende...
Un libro muy adecuado para reflexionar sobre la educación afectiva que damos a nuestros pequeños, si respetamos su cuerpo y si les enseñamos que nadie debe obligarles a hacer nada con éste que a ellos/as no les apetezca, por mucho que no tenga intención de hacerles daño. Al fin y al cabo la mejor forma de detectar qué nos apetece hacer con nuestro ser y qué no es habernos educado sabiendo que, mientras no lastimemos a los demás ni a nosotros mismos, se nos respetará cualquier decisión que tomemos.
CLARA Y SU SOMBRA
De Elisenda Pasqual i Martí, nos cuenta la historia de Clara, una niña que se siente deprimida y sin ganas de reír desde que nota que una sombra la sigue y cada vez se hace más grande. Clara percibe que no se siente bien, pero no sabe cómo explicar lo que le pasa. No he leído este libro en concreto, y en principio dudé sobre si añadirlo o no a la lista porque leí una reseña que lo consideraba demasiado explícito, sin embargo una conocida me habló bien de él, así que finalmente he optado por añadirlo, si bien, como digo, no he tenido aún ocasión de ojearlo.
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Y por hoy, eso es todo. Espero que esta lista sirva de
referencia para familias y educadores que quieran abordar los abusos sexuales
infantiles con quienes más protegidos deberían estar contra ellos: sus
potenciales víctimas, los menores. Hay quien considera que hablar de este tema
con los más pequeños es morboso o inadecuado, sin embargo creo –y los
profesionales a los que he consultado opinan lo mismo- que nunca es demasiado
pronto para enseñar a niñas y niños dónde están los límites que tanto ellos
como los demás deben respetar en relación a sus cuerpos y a los cuerpos ajenos.
Por supuesto, es importante utilizar un vocabulario
adecuado a la edad del menor, pero también lo es tener en cuenta que, por
desgracia, ningún niño es demasiado pequeño para ser abusado, así que tampoco
ninguno lo es para estar advertido de que si alguien lo intenta esa persona
estará haciendo algo muy malo, que si llegara a ocurrir nunca sería culpa suya,
y que en ese caso, va a contar con la protección de su entorno.
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